sábado, 31 de diciembre de 2011

Ese qué dirán que no nos deja vivir.

— Uy, ¿qué dirán si hago esto? ¿Qué dirán si hago aquello otro? ¿Y esto? ¿Y...y aquello?
— Pero, tío, es que si lo haces así, esos me mirarán de esa manera. Y si lo haces asao, los demás me mirarán de aquella manera.
Este pequeño diálogo sin sentido que acabo de dramatizar, está a la orden del día, señoras y señores. No es nada nuevo que me esté yo inventando. Y si no, decidme lo contrario.

¿Porqué no podemos vivir como queramos sin importarnos nada en absoluto? Salvo nuestra propia satisfacción personal y la de aquellas personas "importantes" que nos rodean, claro. Creo que existe una fuerza tan suprema que ha perdurado desde principios del siglo XX que no nos permite hacer eso. Una fuerza que no se ve y que está destruyendo demasiado. Ya en su momento, allá por 1936 la bautizó un tal Federico García Lorca en su obra, La Casa de Bernarda Alba. Seguro que ya sabéis de qué os hablo. Se observa que ciertas personas adquieren la personalidad del personaje que da nombre a la obra: Bernarda. 
(Inciso: aunque el personaje sea una mujer no quiere decir que sólo me esté refiriendo a este sexo, mi intención es expandirlo a todos a cual anuncio de Coca-Cola: hombres y mujeres, rubios y morenos, altos y bajos...).

Como decía, en pocas palabras, es un personaje que se caracteriza porque se deja influenciar demasiado por aquello que es objeto de análisis: el qué dirán. 
¿Resulta que ahora hay que vivir pensando en lo que dirán el resto de personas? Uf, pues si ya cuesta ponerse de acuerdo dos personas, como pretendamos hacerlo con todas las personas que conozcamos... estamos apañaos'.
Pienso que, aunque en ciertas ocasiones podamos no hacer las cosas del todo bien, ante todo, tenemos que ser originales, ser uno mismo sin influenciarse por los demás ni por su qué dirán de lo que vas a hacer, decir, o dejar de hacer. Porque sino, entonces, alquilo mi vida a otra persona y así por lo menos hacemos negocio y nos ganamos algo, ¿no? que en estos tiempos que corren... ya sabéis, en tiempo de guerra todo agujero es trinchera.

sábado, 24 de diciembre de 2011

Ese pequeño gran laberinto.

La vida es como un laberinto. Mucha gente se pasa dando vueltas de arriba a abajo esperando una respuesta y luego terminan sólo chocando contra una pared.

Todos tenemos la misma salida, y nos preocupamos por eso, hay que ver eh... Cuando en realidad nos deberíamos de preocupar por los caminos que tomamos, los cuales todos son diferentes. Cada uno con sus pros y con sus contras, con sus cosas buenas y con sus cosas no tan buenas. Unos que parecen un camino de rosas pero que no nos fijamos en que esas rosas tienen espinas, y que quizás deberías haber cogido el otro aunque pareciese a simple vista un poco pedregoso.


Así es que deja de preocuparte por la salida, porque ya sabemos cual es. Lo diferente, lo especial, lo emocionante... son los caminos. Es perderte por ahí y ver que, al final, pase lo que pase, te acabarás encontrando. Porque, si somos realistas, a fin de cuentas e inevitablemente por el ciclo vital, todos dejaremos este mundo por la misma puerta...

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Desahogo con-sentido (III).

Qué triste sería ser como quieren que seas...

A ver, quería hacer un llamamiento a ese tipo de personas que carecen de una cosita que no se ve, ni se toca, ni huele, ni se come (aunque algunos lo hagan de la de otros, y ahora más adelante lo comprenderéis) pero que se siente por así decir: personalidad. Así que si te consideras una persona que la tiene, puedes dejar de leer y aprovechar el tiempo en algo más constructivo, como por ejemplo sacar a tu pez de paseo o similares. Si crees que la tienes pero no estas seguro, lee campeón (o campeona, ya sabéis, paridad ante todo) porque sí dudas es que no tienes. La personalidad es como el querer a alguien: o estás seguro al 101% o sino apaga y vámonos.

Pues bien, a ver, padre mío (o madre mía) ¿qué te cuesta dejar de copiar a los demás y comenzar a ser tú mismo (o misma)? ¿No crees que va siendo hora de madurar? ¿No crees que va siendo hora de hacerte con una personalidad propia e independiente del resto? Porque vamos, si eres tan mayor para unas cosas, lo eres perfectamente para otras, creo yo vaya. Vamos, que no me vayas a ser gallo de noche y gallina de día, porque no. En serio, hazte con una: es un consejo. No vayas a pensarte que es que voy a comisión o algo por el estilo. No, no. Además que no merece la pena. Apenas ganaría ni para comer, de la poca gente que se ha decidido a adquirir una personalidad propia. 

Así es que, recordando al famoso anuncio de televisión que va de un banco y lo hizo un famosísimo presentador de noticias (quién tenga una leve cultura general de televisión ya lo sabrá) lo puedo decir más alto pero no más claro: píllate una personalidad, en serio, que es una gran inversión de futuro. Y de paso, ya que estás puesto en ello, totalmente gratis y sin gastos de envío, una vida. Y deja ya la de los demás un poquito en paz.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Desahogo con-sentido (II).

El espíritu navideño. Eso que tanto se habla ahora por estas fechas pero que nadie ha visto desde hace tiempo. Espíritu navideño... ¿qué es eso? ¿Observar cómo tu ciudad se convierte en un salón de juegos recreativos? Porque yo comparo a las ciudades (la mayor parte) con eso, con un gran salón de juegos recreativos, de esos a los que los menores de dieciocho años no pueden entrar (o no deben, al menos). Pues esos, los mismos. En éstos, suele haber bastante iluminación, miles de lucecillas que parpadean sin parar hasta que acabas mareado de ellas; mucha pasta como diría cualquier ciudadano de a pie, mucha circulación de dinero contante y sonante, lo que viene a ser el consumismo en las ciudades, ese impulso constante de comprar, comprar y, oh sí, comprar. Que luego llega el día de navidad, el veinticinco (por si algún despistado no lo sabe, y si eres más de Papa Noel) o el seis de enero (si eres más de los Reyes Magos) y quieres tener más regalos que nadie, lo último de lo último, lo más de lo más, para luego poder ir allá donde vayas fardando de eso (hasta que se te caiga al suelo y se te acabe jodiendo rompiendo, a lo que rápidamente vas a hacerte con otro de esos). 
Que eso otra, ¿qué  es eso de "yo soy más de Papa Noel" o "yo soy más de los Reyes Magos"? Señoras y señores, la mentalidad del fútbol ha rebasado fronteras insospechables: de los creadores de "yo soy del Madrid/yo soy del Barça" llega a vuestras pantallas por estas fechas tan señaladas, "Papá, Mamá, yo soy de Papa Noel/yo soy de los Reyes Magos". Y luego estará el listo que pille cacho por los dos sitios, pero bueno, eso es ya otra movida. 

Bueno, conclusión, ¿qué es el espíritu navideño? ¿Qué fue de esas largas noches sin dormir esperando que llegase el día siguiente ansioso para salir al salón y contemplar cómo bajo vuestro árbol había al menos algún paquete para ti? Sinceramente, y salvando las distancias, pienso que, aunque aún quedan supervivientes por ahí que continúan con dicha especie en peligro de extinción dentro de sí, el espíritu navideño murió hace mucho tiempo catapultado por los enormes y pesados cimientos del consumismo navideño.

Fdo: El espíritu navideño.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Desahogo con-sentido (I).

A veces, en la vida, ocurren cosas, acontecimientos, que cuando llegan a nuestros oídos o simplemente nos damos cuenta de ellos, nos quedamos un poco como "¿¡Hola!? ¿Y esto porqué?" Sí, sí, ya sabéis. Cosas que con toda seguridad sabéis que, si lo hubierais hecho alguno de vosotros, se os mandaría directamente a la hoguera, crucificándoos previamente, para disfrute de todas las hienas que por allí transitasen.
Pero claro, en realidad y por lo general, nosotros mismos conocemos las razones del porqué sucede esto. Del porqué de la impunidad de ciertas personas ante acontecimientos que, repito, si lo hiciéramos alguno de nosotros, simples mortales, se nos caería hasta el pelo de las cejas. La razón de esto es bastante sencilla a la vez que absurda: porque se creen que tienen el control. Se creen que son importantes o yo qué sé, se creerán algo y todo. Y no son personas que se monten una película que ni ellas mismas comprenden. O mejor dicho, qué digo película: ¡gente que se monta toda una superproducción en toda regla! 
No, no. Son personas que tienen ese estúpido defecto de creerse superiores a los demás. No sé de que vais a veces, pero si pensáis que así vais bien por la vida, estáis muy equivocados (y equivocadas, que no quiero que me vengan luego con que no uso la paridad en mis expresiones lingüísticas). Y que uno puede ser bueno, vale. Pero que de bueno a gilipollas hay un paso. Paso que creo que en más de una ocasión habré dado, por una cosa o por otra. Pero, desde ahora, paso que no está en mis planes dar.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Milagros.

Desde que estamos en este mundo, casi todos los días pasan cosas imposibles, que no se pueden entender y algunas ni nos deparamos a observarlas. Y cuando la gente no entiende algunas cosas que suceden, dicen que son un milagro. Pero no nos equivoquemos pensando que un milagro, aunque sea lo normal, siempre conlleva que sea bueno. A veces los milagros son así y otras veces no, dan hasta miedo. Aunque hay gente que no cree en ellos, como todo. Pero éstas mismas personas, hasta que no les sucede alguno, no se dan cuenta de que se equivocan.
Dicen que las desgracias nunca vienen solas, ¿verdad? Igual a los milagros les ocurre lo mismo. Que un día comienzan a pasar y ya nunca se acaban.

domingo, 23 de octubre de 2011

Las grandes historias.

<<Igual que en las grandes historias, las que realmente importan, llenas de oscuridad y de constantes peligros, esas de las que no quieres saber el final porque...¿cómo van a acabar bien? ¿Cómo volverá a ser el mundo lo que era después de tanta maldad como ha sufrido? Pero al final, todo es pasajero. Como esta sombra. Incluso la oscuridad se acaba para dar paso a un nuevo día. Y cuando el sol brilla, brilla más radiante aún. Esas son las historias que llenan el corazón, porque tienen mucho sentido aun cuando eres demasiado pequeño para entenderlas. Pero creo que ya lo entiendo. Ahora lo entiendo. Los protagonistas de esas historias, se rendirían si quisieran pero no lo hacen, siguen adelante, porque todos luchan por algo.>>
— Samsagaz Gamyi, The Lord Of The Rings.

Y yo añado: Todos luchan por algo que quieren y que desean más que a nada ni nadie en este mundo. Algo por lo que creen. Algo por los que les llena y les mantiene con vida en este mundo. Algo que es como el motor que hace que día a día se levanten de la cama y les dé sentido a cada cosa que hacen, que dicen o que llevan a cabo. Algo llamado sueño, propósito, meta... en definitiva, algo que es su razón de ser y de existencia en este escenario de un gran teatro llamado mundo.
 

domingo, 9 de octubre de 2011

Arriésgate.

Siempre es bueno tomar riesgos. Y además, tomar un montón de ellos. No te quedes con las ganas de hacer algo nunca, o por el contrario, jamás sabrás qué tal te habría salido. 


¡Si caes siete veces, levántate ocho!
Porque sinceramente, no importa dónde termines ni con quién. Siempre vas a terminar de la manera que debería ser. Aunque no nos confundamos: no creo en el destino. En lo que sí creo es en el presente, en que lo que vayas haciendo día a día tendrá sus respectivas consecuencias en un futuro, a veces cercano y otras lejano. Pienso que el destino no nos viene impuesto, que no hay nada escrito sobre nosotros, que no nacemos y tenemos un guión predeteminado ya hasta el día que desaparezcamos de este mundo. No. Somos nosotros los que vamos escribiendo nuestra propia historia y tenemos la potestad, unas veces más amplia y otras veces menos, de confeccionar nuestro día a día, nuestra vida, como nosotros queramos. Tus errores te hacen ser lo que eres. Yo soy de los que piensan que el mejor maestro que puede tener una persona es el error. Porque ellos te ayudan a aprender y crecer con cada elección que tomes, con cada cosa que hagas, con cada camino que decidas emprender en tu vida. Todo lo que uno hace a fin de cuentas vale la pena.
Siempre sé tú mismo y jamás te arrepientas de nada, simplemente aprende de ello.

viernes, 30 de septiembre de 2011

De esos...

De zapatillas y sudadera, así de simple, sin complicaciones alguna. De esos que tienen la empatía demasiado alta: de esos que se ríen cuando los demás lo hacen y lloran al ver a otros en esa misma condición. Así de tonto, así de sentimental.
De esos que prefieren conocer a unos pocos buenos, que no a muchos malos, anteponiendo la calidad a la cantidad.
Introvertido algunas veces, extrovertido otras. Dejémoslo en un atrevido un tanto tímido. Bipolar. De los que se rallan por todo. Y cuando digo todo, es todo. Celoso a momentos. De esos de los que si el rencor tuviera fecha de caducidad se le echaría a perder. Con poco que envidiarme los demás, con mucho que envidiar yo de los demás. Así pues, humilde. Pero orgulloso cuando de defender algo que me importa se trata. De esos que prefieren cine a botellón, playa a montaña, letras a ciencias.
Enamorado de las puestas de sol, de los paseos por la orilla de la paya, del tacto de la arena en mis pies, del sentir de las olas en mi piel.
De los que se quedan embobados viendo cómo llueve una aburrida tarde de domingo, y les encanta ese indescriptible olor a tierra mojada que queda tras el aguacero. 
De los que les gusta levantarse y respirar y oler el aire fresco de la mañana. De esos que tienen cuadernos con apenas unas líneas escritas y lleno de tachones. De esos que se plantan frente a un papel y les encanta dar rienda suelta a su humilde y pequeña imaginación.
De esos que ven a una chica y en lo primero en lo que se fija, por extraño que parezca, es en sus ojos. Y lo segundo, en sus labios. De esos para los que la nostalgia es el pan nuestro de cada día, y algunos recuerdos algo de lo que huyen constantemente. De los que se ocultan para llorar y se suelen guardar para sí demasiados sentimientos; unas veces contradictorios, otras veces sin sentido y bastante improbables. De esos para los que la palabra imposible no existe. En todo caso, improbable. De esos que piensan que la distancia es un castigo, y el dolor a veces un capricho innecesario del ser humano. De los que hacen de la mala suerte y el mal tino, un verdadero hábito de vida.
De los que tienen como mejor maestro al error. Y es el único con el que parece aprender un poco cómo funciona esto llamado vida, todo el mundo que tiene bajo la suela de sus zapatillas.

martes, 23 de agosto de 2011

Y sin embargo...

Prefiero morir vicioso y feliz a vivir limpio y aburrido. Prefiero encontrar una estrella en el fango a cuatro diamantes sobre un cristal. Prefiero que la estrella queme, que sea fuego, a un tacto rezumante de frialdad. Prefiero pisar el duro suelo veinte veces para llegar una sola vez a lo más alto a escalar poco a poco, sin caer nunca pero sin llegar jamás a la cima. Prefiero que me duela a que me traspase, que me haga daño a que me ignore. Prefiero sentir. Prefiero una noche oscura y bella, sucia y hermosa, a un montón de días claros que no me digan nada. Prefiero una cadena a un bozal. Prefiero quedarme en la cama todo el día pensando en mi vida a levantarme para pensar en la de otros. Prefiero un gato a un perro. Porque el gato te araña, es infiel, te ignora, se escapa, pero sabes que, a pesar de todo, no podría vivir sin ti. En cambio el perro es tonto, no sabe nada, te obedece hasta el absurdo. Prefiero las mujeres gato a las mujeres perro, por las mismas razones. Prefiero el mar a la montaña. La vida es una noche tumbado en la playa, mirando las estrellas sin verlas, soñando despierto, dejando que la arena se cuele entre los dedos de mis pies, embriagado de todo. Y la noche, siempre la noche. Nunca la luz del sol. La noche es mágica. Me hace vivir, no pensar. Me pone en movimiento. Rompe mis esquemas. Prefiero las noches frescas de verano, andar con poca ropa, sentarme en el suelo y meterme algo de vida en el cuerpo. La mañana me sabe a dolor de cabeza. Me da sueño. Me quita las ganas de hablar. Me recuerda que soy normal. La noche me hace único. Prefiero el color de la sangre y el de la gris niebla que difumina las cosas. Prefiero experimentar las cosas, aunque me salgan mal. Aunque me hiervan la sangre. Prefiero probarlo todo a morirme sin saber lo que me gusta. Y, más que nada, prefiero la vida que dan sus besos de caramelo y la suave caricia de su piel caliente. 

domingo, 7 de agosto de 2011

Odio ser de carne y hueso en una sociedad de plástico.

Esto es como el juego de la oca. De batalla perdida en batalla perdida y tiro porque me toca.
Lo que más duele de todo, por así decir, es que a pesar de perder uno tiene y debe de sonreír. Aunque sea de manera falsa o artificial. Intentar seguir adelante como buenamente puedas. Ya sea porque pienses que has podido perder una batalla pero no la guerra entera; ya sea porque a penas que te vean ladear la cabeza, te están preguntando que qué te pasa. Cuando tú de lo que menos tienes ganas es de hablar del tema, para no recordar nada.

Aunque sea de manera falsa o artificial...
Notar como eres esa pieza del puzzle que no encaja, que parece que se equivocaron de caja al meterte. Y a pesar de ello, seguir forzando y apretando por si consigues finalmente coincidir con la otra pieza, pero nada. Finalmente te acabas dando cuenta que lo único que logras es deformar el pequeño pedazo de cartón, lo que es lo mismo que hacerle daño. Daño acrecentado por las ilusiones y esas falsas esperanzas que mientras más las odia uno, más lo persiguen allá donde vaya.
En esta batalla, o mejor aún, en esta guerra, ya uno no sabe con qué armas luchar o si ni tan siquiera seguir luchando, por muy de cobardes que suene. Porque total, ¿sabéis una cosa? Soy humano, señoras y señores. Humano que al final acaba cansándose de todo. Humano que nunca parece dar la talla. Humano que parece no vale en absoluto, o así se lo hace ver el resto de seres humanos. Humano demasiado vulnerable a eso considerado por algunas personas sentimientos y por otras, simples juguetes de plástico.

jueves, 28 de julio de 2011

Todos llevamos una cicatriz en la frente.

Harry Potter me ha enseñado a madurar. Ese pequeño gran personaje de una de las mejores sagas que existirá, me ha enseñado a ser lo que soy.  Me ha enseñado a enfrentarme a mis miedos, a luchar por lo que se cree, a ser valiente, a valorar el amor sobre todas las cosas, a juzgar a las personas por su corazón y por sus acciones más que por sus palabras. Harry Potter me enseñó a valorar la amistad, a valorar el amor de una familia y qué pasa cuando ese amor falta, a tener precaución con la ambición y el poder porque corrompe, a no dejarme llevar por el odio y el rencor.

Sus personajes me enseñaron que puedes ser hombre lobo y ser la persona más amable y bondadosa que puedes conocer, me enseñaron que puedes ser bajito y dormir en un armario bajo la escalera y ser el Elegido. Me enseñaron que puedes pasarte horas en la biblioteca entre libros y conocerte las reglas casi mejor que los profesores, y luego ser capaz de romperlas. Y sobre todo que puedes cometer errores, pero que se pueden enmendar. Que puedes ser rencoroso, huraño, tosco y hasta cruel, pero que puedes permanecer amando a una sola persona para siempre, pase lo que pase, que puedes sufrir, pero que debes permanecer fiel aunque haya peligro de morir. Me enseñaron el valor del sacrificio, de la valentía, del altruismo, del amor a los demás.
Harry Potter me enseñó que el mundo no se divide entre buenos y mortífagos, que todos tenemos luz y oscuridad en nuestro interior y que lo que realmente importa es qué parte decidimos potenciar. Me enseñó que es la calidad de las convicciones y no el número de seguidores lo que garantiza el éxito. Me enseñó que no son nuestras habilidades las que muestran como somos, sino nuestras elecciones. Me enseñó que los que nos aman nunca nos abandonan, y que siempre podemos encontrarlos en nuestro corazón. Me enseñó que no hay que tener lástima por los muertos, sino por los vivos, y sobre todo por los que viven sin amor. Me enseñó que el odio, el rencor, la codicia y la ira son poderosos, pero que hay algo que lo supera, algo que mueve el mundo, algo que deja marca, una marca que no es visible y que se encuentra debajo de la piel: el amor. Me enseñó que hay que perseguir un ideal, y que sacrificarse por amor no es una estupidez, sino un acto de altruismo.

domingo, 10 de julio de 2011

Y todo saltó en mil pedazos.

A decir verdad, el dolor más grande es el dolor del alma. El dolor más inmenso y el más complicado de curar pues, no existe cura ni remedio conocido para ella. No existe medicamento. No existe nada.
No obstante hay un calmante, un pequeño calmante que ralentizará el dolor y poco a poco lo aminorará, aunque no lo destruirá completamente. Es un calmante llamado tiempo...
Lo que puede llegar a ser sorprendente, es que existen estudios científicos que demuestran que al igual que necesitamos ser felices, sentirnos bien con nosotros mismos, también necesitamos una pequeña cantidad de, por así decirlo, malestar. Ya se dice que todo en exceso no es bueno. Eso sí, cada ser humano es un mundo en sí mismo, y tiene un límite para ese malestar. Y cuando se sobrepasa aquél índice, llegamos a sufrir, a sentir dolor. Puede ser éste físico o psíquico. Aunque el dolor más nocivo para el ser humano, por regla general, suele ser el psíquico, el que solemos llamar dolor del alma. Porque cuando nos duele el cuerpo, sabemos exactamente porqué es; un leve moratón en la rodilla al caernos de la bicicleta, un dolor en la cabeza al golpearnos accidentalmente con algo... son cosas tangibles y visibles a simple vista. Pero cuando lo que nos duele es el alma, lo que más bien sentimos es tristeza, nos convertimos en seres vulnerables a todo lo que nos rodea, hasta a aquello que en unas condiciones normales no nos afectaría en absoluto. Estando en este estado, nos molesta hasta el leve vuelo de una mosca. Sientes que nadie te comprende, porque a decir verdad, nadie, absolutamente nadie excepto tú sabes cómo te sientes, lo que sientes o cuánto lo sientes. Y lo que sucede es que a veces la mayoría de las personas mueren si haberse conocido ni a sí mismos. Entonces ¿cómo vamos a pretender que otra persona te conozca a ti tanto como ni tú mismo eres capaz? Es absurdo...

martes, 28 de junio de 2011

La vida es corta, aprovéchala.

Podría comparar nuestra vida con la vida de una mariposa. La mariposa, por regla general y salvo excepciones, vive unos treinta días aproximadamente. Es irracional, y no sabe en verdad que sus días están contados desde el momento de su nacimiento del huevo. Luego, pasa a ser la inexperta y joven oruga, lo que podemos comparar con nuestra infancia, cuando comenzamos a andar, cuando empezamos, en definitiva, a conocer nuestro alrededor. Y posteriormente se encierra en la misteriosa crisálida, lo que podríamos asemejar a la juventud, a aquella etapa de nuestra vida en la que en determinados momentos uno se encierra en sí mismo para, o bien preguntarse sobre cuestiones que nunca antes se había preguntado; o bien se cierra como método de defensa ante las amenazas de la ingenuidad infantil; o bien para encerrarse en sí mismo, creyéndose de esta manera el ombligo de mundo, bajo el estandarte de Me, Myself and I.

Tú y sólo tú eres el arquitecto de tu vida.
La vida podemos verla como un calvario que debemos cumplir, como una carga, como un verdadero handicap para aquellos que estén día sí y día también soltando sapos y culebras sobre ella. Pero lo que no saben esas personas, es que nosotros también tenemos al igual que las mariposas, nuestros días contados. Digo yo, que cuando se puede estar feliz (o al menos medianamente bien) ¿porqué no intentamos estarlo?
Que por cada minuto de tu vida que pases enfadado, odiando a alguien o simplemente diciendo lo miserable que es tu vida, son sesenta segundos que te restas de poder vivirla como más a ti te apetezca. Tú y sólo tú eres el arquitecto de tu vida.
¿Sabéis aquello que os podría ayudar a conseguir tal estado de ánimo? Es simple: daros cuenta de que respiráis el olor de la tierra mojada; daros cuenta de que podéis ver el encapotado cielo azul tras un día de lluvia; daros cuenta de que podéis oír el dulce canto de los pájaros; de que podéis saborear el amargo café de cada mañana; daros cuenta de que podéis sentir el latir de vuestro corazón; daros cuenta... de que estáis vivos.

sábado, 25 de junio de 2011

Yo amo los mundos sutiles, ingrávidos y gentiles...

...como pompas de jabón. Sí, sólo son pompas de jabón. Simples pompas de jabón. Pequeñas y con escaso tiempo de vida frente a nuestros ojos. Salen todas al unísono impulsadas por nuestro aliento hacia el mismo destino y en ese mismo instante te inunda un infantil sentimiento de alegría. En cuestión de segundos, una tras otra, van descendiendo lentamente a cual hoja cae del arbol en otoño. Y al rozar, según con qué superficie, dejan apenas una pequeña latente huella de sí. Queda estancada por un instante el alma del pequeño soplador, como si hubiese emprendido un viaje con rumbo a merced del viento y hubiera perdido a mitad de camino a su compañero. 
Y en ese mismo instante te inunda un infantil sentimiento de alegría.
Pero la melancolía dura poco, hasta que vuelve la alegría del juego con su cruel sucesión. ¿Qué son las esperanzas frustradas sino ocasiones para nuevos intentos? Aun así, el juego prosigue incansablemente. Vuelven a flotar las pompas desde lo más alto y de nuevo divisa el soplador sus frágiles obras de arte con alegría durante su vuelo por el delicado espacio que las rodea. 
Cuando una de ellas es grande y fuerte, se eleva contra todo pronóstico, esquivando los obstáculos que, sin duda, con apenas un roce la harían fallecer. Cuando se eleva hacia el cielo hasta que tu vista no la alcanza...

sábado, 11 de junio de 2011

Rendirse o luchar.

Ya sé que es más fácil tirar la toalla que echarle el valor suficiente a las cosas. Porque echarle valor siempre cuesta mucho más que abandonar, que darte por vencido, que dejarlo todo por perdido...

El éxito está a un paso más allá de donde estés a punto de tirar la toalla.
Pero no te quedes sin hacer nada, actúa. No te quedes mirando a la nada que la vida pasa, el tiempo corre, los trenes continúan hasta su próxima parada. Quizás te encuentre en un momento de tu vida que no sepas qué hacer o hacia dónde ir. Pero coge uno, no el más bonito, ni el más lujoso ni el más caro. Vete al panel de información y observa los destinos que te puede deparar cada uno. Y simplemente coge aquél que te lleve a un destino el cual tú quieres, deseas, anhelas, sueñas. Sin importar lo demás. Pero cuidado y no te equivoques de andén, ya que el destino podrá ser muy diferente al que tú pretendías. Aunque lo bueno de todo tren, es que siempre tiene una próxima parada, y es ahí cuando tendrás que valorar si parar o continuar.
Pero estás en el andén, dejas que los trenes pasen y los acabas perdiendo. Luego, cuando se ha marchado, te arrepientes y gritas desesperadamente. Pero ya no se va a detener. Ni dará marcha atrás
Recuerda; es muy fácil tirar la toalla  y que sólo una cosa convierte en imposible un sueño; el miedo a fracasar. Pero… ¿sabes qué? En realidad, en la vida no existen los fracasos. Para nada. Existen sólo las experiencias. El secreto de la vida es tener más comienzos que finales. Si te equivocas de andén siempre tendrás la oportunidad de rectificar. Y, además, te llevas la experiencia de aquello y evitas volver a tomar el tren equivocado. Según dicen por ahí, rectificar es de sabios y, añado yo, que de gente sensata y madura.
No lo olvides: El éxito está un paso más allá de donde estés a punto de tirar la toalla. Entonces pregunto ¿Nos rendimos? ¿O seguimos luchando por lo que queremos? Tú decides.

jueves, 26 de mayo de 2011

Como a los tontos...

Me estoy dando cuenta que a veces lo mejor es dar la razón a la gente aunque no la tenga. Sí. Como se suele decir, dar la razón como a los tontos. Así ambas partes salimos ganando en todo esto: ellos quedan completamente satisfechos de lo que están diciendo, sin comerte tanto la oreja y pensando que son los mejores de este mundo y que tienen la razón en todo: Y nosotros, nos vamos de esa batalla de palabras que nos cansa la oreja, nos ataca a nuestra cabeza y no nos deja vivir como nosotros queremos, como nosotros estamos bien, felices y a gusto. Que pienso yo, que mientras vivas de una determinada manera en la que no hagas daño a nadie no es malo. Quizás, tu único error, sea preocuparte por los demás. Es probable a la par que inevitable.
Pero ya se dice...que se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para aprender a callar.  Aunque claro, se da la paradoja que cuanto más callamos más cosas tenemos que decir y más grande es el esfuerzo por callar. ¿Te imaginas un mundo en el que se pudiera hablar sin tapujo alguno de todos aquellos sentimientos de amor, de odio o de las dudas o protestas que nos surgieran? Qué a gusto nos quedaríamos ¿verdad? Pero que disgusto le daríamos a más de uno. O gusto, quién sabe.

domingo, 22 de mayo de 2011

Deshojando fantasías.

¡Qué extraño es esto del amor! Y ¿porqué? Ahora os lo diré.


El otro día pasé por el parque que hay cercano a mi casa. Observé como un grupo de niñas de apenas una docena de años recogían unas florecillas que nacían al pie del árbol. Eran margaritas. Ante mi natural curiosidad, me acerqué al lugar y me senté en un banco no muy lejos de ellas. Comenzaron a entonar al unísono y alternadamente unas palabras que decían: me quiere, no me quiere, me quiere, no me quiere, a la vez que separaban cuidadosamente cada ovalado y delgado pétalo de su botón central de oro. 
En ese momento me quedé pensando, que lo que no sabían esas inocentes pequeñas almas, es que no se trata de un me quiere, no me quiere, si no más bien de un me arriesgo, no me arriesgo. Aunque, seguramente, pasará una pequeña eternidad antes de que comprendan todo esto.

Como ya diría Alejandro Sanz, ¡Qué extraño es esto del amor! ¿Porqué preguntan a una flor?

lunes, 16 de mayo de 2011

No siempre lo que se quiere es lo mejor.

No lo sabes. Me despierto todas las mañanas con las mismas ganas de verte y de abrazarte, aunque no todos te lo hago saber. Siempre me pregunto lo mismo: ¿qué es lo que tienes que no me hace dejar de pensarte?
Quiero que sepas que no tengo nada claro. Y que si de algo no estoy seguro, es de lo que estoy haciendo. Pero seguramente cuando sea demasiado tarde (como suele pasar), te diré que te quería, te diré que cada mirada era un te quiero y cada sonrisa era un aún no te tengo. Y te estás escapando, lo noto a la par que lo veo. Todo se hace difícil, complicado, improbable tirando a casi imposible. Esto lo escribo por mi, no por ti, no intento contarte nada. No sé, he querido de muchas maneras. Tantas como figuras con nubes se crean en el cielo. ¿Pero así? Jamás. Sé que haga una cosa u otra, actúe de esta o de aquella manera, va a estar mal. O no del todo bien.
Pero es que tú, parece que todo lo que haces lo haces bien, que siempre sabes qué va a ser lo mejor. Que la cabeza y el corazón siempre los tienes conciliados, que te piden lo mismo, que los tienes perfectamente sincronizados. Pero por mucho que tú quieras, que yo quiera, no deja de ser una locura. Y hasta ahora la soporto, ya casi de rodillas. Estamos condicionados por todo, y aunque me joda, no siempre lo que se quiere es lo mejor.

Things I Never Told You. 
(adaptado por Heart's Knight).

jueves, 5 de mayo de 2011

Cicatrices del pasado.

Los fallos y defectos de la mente son como las heridas en el cuerpo; aunque se empleen todos los cuidados imaginables para tratar de curarlas, siempre quedará una cicatriz. (François de la Rochefoucauld).
Por ello, no estoy de acuerdo cuando dicen que el tiempo cura las heridas. Las heridas perduran. Y tanto. Con el tiempo la mente, para proteger su prudencia y sensatez, simplemente las cubre de una serie de cicatrices y así es como el dolor se atenúa, disminuyendo un poco. Pero nunca desaparecen, ya que siempre tendrás ahí la cicatriz que te recordará aquello que te la causó.
En cierto modo puede llegar a ser hasta bueno y todo que tengas algo ahí que te recuerde el error que cometiste. Puede ayudarnos a no volver a tropezar con la misma piedra. Aunque en cierto modo, eso sería un poco querer luchar contra la naturaleza del ser humano. Éste piensa, por regla general claro, y justifica sus acciones e intenta las cosas más de una vez para averiguar si hay algún otro camino, alguna variante a lo que ya ha intentado y ha fracasado para lograr la victoria en su propósito.
No obstante, y a pesar de ello, no debemos olvidar que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra.

viernes, 29 de abril de 2011

Vergüenza Europea.

A Mou le provocan y él contesta con valentía esto dice Don Alfredo Di Stéfano, Presidente de Honor del Real Madrid.
Ahora al parecer por decir la verdad o al menos decir lo que uno piensa, te abren expedientes de conducta. ¿Vamos a tener que callarnos entonces y ser unos hipócritas como lo son otros? Que yo sólo digo que Mourinho dice lo que en realidad casi la mayoría piensa pero que no se atreven a decirlo; que el Barcelona juega casi siempre con doce en el campo (es increíble observar como esta temporada aún no ha acabado ningún clásico disputado con once jugadores por parte de ambos equipos ni en España ni en Europa ¿Casualidad? No sé yo.) y que tienen más cuento que Calleja, véase la magistral actuación de teatro de Dani Alves, sin duda habrá que tenerla en cuenta ya que si esto del fútbol le da para poco, podrán contratarlo de actor o algo, digo yo. Y digo magistral, porque se la tragó (como todo) el señor Stark, aunque claro, tratándose del peor árbitro del mundo, qué decir. Que pones peor árbitro del mundo en el buscador de Google y es el primer resultado que sale. Y sin dejarnos atrás de que es un obsesionado de Messi y de su juego. Lo mismo me equivoco, pero ahí imparcialidad veo yo la justa o ninguna. Luego dicen que siempre cuando el Real Madrid pierde, se buscan excusas al porqué hemos perdido y que nunca asumimos que jugamos mal. Pues esta vez, una vez más para variar, no ha sido por nuestro mal juego, como sí pudo serlo y lo admito, en el 0-5 de Liga de esta presente temporada. Porque ¿cómo que no nos comenzaron a atacar con más efectividad antes de la expulsión de Pepe, alrededor del minuto 60? ¿Y fue ya tras esto cuando vinieron los goles y la oleada de ataques culés? Qué coincidencia. Y digo Pepe como dijera cualquier otro jugador, porque no es lo mismo, ni por asomo, jugar once contra 'once' (nótese que este once entrecomillado es del Barcelona), y más cuando es un jugador tan fundamental, el pilar del centro del campo, como lo ha sido Pepe en estos últimos clásicos. Porque ¿cómo que en Copa les demostramos que no lo es todo el tocar y tocar, el marear la perdíz y el aburrir al público? Porque el Barcelona 'ganará', pero a mí me aburren ya sus partidos. Aunque es su estilo y lo respeto. Tiene similitud al estilo de la Roja, pero el Barcelona parece hacerlo a cámara aún más lenta, valga ya la rebundancia. No como ellos que no respetan el estilo del Madrid. Y dirán que el Madrid no tiene estilo directamente, que lo único que hacen es no dejar jugar. Y yo les digo a esos que se vayan a aprender un poquito de fútbol a alguna escuela o algo, porque el estilo del Madrid es el de toque y ataque directo, similar al fútbol que se puede observar en Inglaterra, sin irnos más lejos. Que no será tan vistoso como el de marear el balón por el campo, pero es mucho más efectivo y da más espectáculo a los aficionados. Y si no te gusta, no mires.
Ahora lo peor de todo, es que la FIFA, si de por sí le tenía, le tendrá más 'manía' al Real Madrid. En cada acción normal que cualquier equipo haga y que no tenga ningún tipo de sanción, para el Madrid sí que la tendrá. Van a estar a cual resolte para saltar contra él.
La verdad es que yo de estos clásicos no estoy deduciendo nada bueno. No están siendo partidos para recordar precisamente, exceptuando quizás que el Real Madrid ganó tras muchos años una Copa del Rey que ni consiguió con Raúl, Guti o Michel Salgado en el equipo. Ya son años. Más bien estoy observando como la Roja se está viniendo abajo. Son nada más ni nada menos que trece internacionales los que se han visto las caras en estos tres clásicos que llevamos hasta ahora disputados, y los roces entre ellos van cada vez en aumento y abriendo la herida cada vez más. A ver cómo pone solución el señor Del Bosque a esto.
En fin, yo sólo digo, que la eliminatoria está ya demasiado complicada para pasar a la final pero que, como después de todo (llamémosle milagro) pasemos a la final y ya, dispuestos a soñar, ganemos la Décima, será la Champions más complicada y más sacrificada del Real Madrid en toda su historia. Pero esto, con la FIFA y los árbitros de parte del Barcelona, entre otros...me da a mí que va a ser que no. Ojalá esto no vuelva a suceder en futuras temporadas, porque lograr títulos así en general y Champions en particular, al igual que Mourinho, me daría vergüenza ganarlas.

lunes, 25 de abril de 2011

La felicidad siempre depende de algo.

Una vida rodeada de amor es bueno pero aún mejor si la felicidad no depende de ello.

¿Y porqué? Porque se puede ser felices de muchas maneras y de hecho algunas son hasta absurdas como cuando tu equipo marca un gol, en el último minuto, de penalti injusto; o madrugar y luego darte cuenta de que aún te quedan un par de horas de sueño por delante y sigues durmiendo. ¿Quién no ha sido feliz en esos momentos?
Pero a pesar de todo ello, yo os digo que es mejor que la felicidad no dependa de eso llamado amor, porque hay mucha gente que si no es por él no es feliz ni es nada ni nadie. Que no está mal tenerlo, pero hay que saber hasta qué límites llegar. Y entonces puede pasar que, sin quererlo ni beberlo, suceda cualquier cosa, algo empiece a no ir bien y esa persona con la que estás te abandone y entonces...¿qué? Que lo único que sostenía tu felicidad, al único pilar donde confinaste todo, se desmorona y te quedas roto, destrozado, mal. Y tan sólo los amigos y la famillia medio pueden hacer que vuelvas a flote en un proceso lento y costoso, muy costoso. 
Todo esto, como todo, lo digo por experiencia propia.

martes, 19 de abril de 2011

Mareas de Sueños.


Sé que es una cosa que carece de realidad o fundamento, y que no deja de ser un deseo, una esperanza sin probabilidad de realizarse: un sueño. Sé que esto es algo completamente irreal. Sé que es algo completamente improbable. Que tanta suerte no puede tener uno después de tantos y tantos años sin llegar a conocerla. Porque todo siempre son espejismos de lo que uno realmente desea. Y va andando tanto y tanto incesantemente hacía eso que quiere a la par que le ciega, que se acaba estampando contra el muro que tiene delante. Porque la vida es una ilusión, una sombra, una ficción. Y el mayor bien es pequeño. Que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son. 
Que sé y asumo que de un momento a otro puede aparecer un nudo en mi estómago, que todo se vuelva negro, que se me quiten las ganas de todo y que mis ojos humedezcan por no sé qué vez ya. Pero mira, mientras tanto habrá que disfrutar del momento y de esas pequeñas cosas que son la esencia de la mismísima vida, ¿no? Venga, pongamos en práctica ese bonito y conocido latinajo que dice Carpe Diem y a mandar.

La verdad es que a la vida le encuentro un curioso parecido con el mar: lo mismo estamos de bajamar que de pleamar, que de repente llega un tsunami y arrasa completamente con todo sin ningún tipo de distinción. Y es ahí entonces donde se demuestra si nuestra humana e imperfecta estructura interna es o no es lo suficientemente fuerte como para aguantar una dura caída tras una gran subida en esta montaña rusa llamada vida.
Porque no hay que temer soñar, si se va bien armado.

martes, 12 de abril de 2011

Con M de México.

Cuando al pop-rock se le mezcla con un poco de tequila se puede producir un cóctel explosivo. Se llama Maná.
La verdad es que grupos como este quedan pocos en nuestros días. Grupos que se alejen del constante comercialismo en sentido estricto y que no muestren ese interés como otros en tan sólo querer globalizarse allá por donde van. A ellos no les hace falta eso. Son humildes y artesanales en su oficio, lo que muchos ya quisieran. Quedan pocos grupos como este que sepan reflejar tan bien y de una manera tan bella los sentimientos y las emociones. Como en Vivir sin aire, donde hacen una alegoría a las cosas materiales que nos son necesarias para sobrevivir y a pesar de la condicion de imprescindibles que tienen las mismas, querer vivir sin ellas, para indicar que hay una persona que es tan necesaria para él como el mismísimo aire para un ser humano, el agua para un pez... Y también esos otros hechos que ocurren día a día, como puede ser la sencilla historia de un hombre que se emborracha por el amor de una mujer que no le corresponde: eso es Clavado en un bar. Y, en fin, así podría seguir con todas y cada una de sus canciones, extrayendo de las mismas hasta el más mínimo detalle que tratan de expresar.
Aunque claro, siempre tenemos una canción que nos hace conocer a un nuevo grupo, y en mi caso, fueron dos y que marcaron el inicio de mi interés por ellos: Rayando el Sol y Eres mi Religión. Y ¿cuánto hace de esto? La verdad es que en comparación para el tiempo que llevan en activo, que es ni nada más ni nada menos que desde 1978 (mismo año de la promulgación de nuestra Constitución Española, curiosamente) es relativamente poco, tan sólo seis años. Pero seis años demasiado intensos podría decir. Seis años durante los cuales han coincidido los lanzamientos de dos discos de ellos. Seis años durante los cuales he tenido hasta la tremenda y excepcional ocasión de poder ir a verles en directo a un concierto, el primero al que he acudido en toda mi vida, en verano de 2007. Fue de estas cosas para lo que adjetivos como genial, estupendo o fantástico se quedan realmente cortos. Pero de esas cosas que, hasta que no pasan y acaba todo, no tomas cuenta de una manera completa lo que has hecho, donde verdaderamente has estado y lo que has presenciado con tus propios ojos. Y ya te queda el recuerdo y ese sueño de poder volver pronto a repetir ese tan perfecto día.

También, y como suele pasar normalmente, conoces al grupo por que oyes la canción de otra persona que la está escuchando, o la oyes de repente en la radio y capta tu atención, o sale en un anuncio o veintemil situaciones más. Pues bien, la "culpable" de que conociese a este grupo y se convierta para mi en lo que se ha convertido, la tiene mi madre. Y desde entonces y suene como suene, nada, absolutamente nada, ha sido lo mismo. Maná me ha acompañado a lo largo de todo este tiempo con sus canciones. Canciones con las que tanto he casi llorado, caso de El muelle de San Blas, como que he saltado, gritado y chillado, caso de Me vale. 
Aunque me han acompañado en los buenos momentos, sobre todo lo han hecho en aquellos no tan buenos, en esos instantes en los que parece que nada ni nadie te comprende o no te llegan a consolar lo suficiente, y te sientes como un verdadero bicho raro entre la multitud. Y es entonces cuando encontraba correspondencia en alguna de sus canciones, en su música. Porque como el vocalista de la banda dijo no hace mucho, Fher Olvera, La música es curativa. Y tanto.
Mañanas y mañanas me las he pasado de camino al instituto escuchándoles desde bien temprano. Ahora por las tardes de camino a la facultad. O en el bus. O en la ducha. O simplemente tumbado sobre la hierba en esas tan aburridas tardes que me las pasaba en el campo cuando en mi mente sólo parecía haber más y más problemas, más y más preocupaciones. Y me ocurre, que no me canso de ellos en ningún momento. Que no me pasa como con otras canciones, que cuando las escuchas un par de veces ya estás de canción hasta ahí. No no, Maná es otro mundo. O al menos para mi. Porque cada vez que escucho una canción de ellos voy extrayendo más y más detalles de todo lo que quieren expresar a través de sus letras. Y descubres poco a poco ese pequeño mensaje que te quieren transmitir y que constituye la esencia de la canción.
Y hoy mismo, 12 de Abril, han sacado un nuevo disco después de que pasaran cinco años desde su último álbum de Amar es Combatir. Ha sido un disco realizado a fuego lento y con verdadero aroma a dolor de pérdida, ya que durante la grabación del mismo, Fher Olvera ha tenido que afrontar la dura pérdida de su madre y de su hermana. Y de ahí el título de Drama y Luz, lo que para ellos quiere decir que es golpeada y se levanta constantemente. Un constante caer y volver a levantarse. Y de la constatación de Fher, tras todos esos indeseables sucesos acaecidos, de que "en la vida no se puede controlar todo" nace este disco.
Es Drama y Luz. Dolor y esperanza. Ángeles y Demonios. Energía positiva. Maná. Nadie como ellos conoce el verdadero valor de la caída y del triunfo.

martes, 29 de marzo de 2011

Burbuja.

Y uno comienza a aprender a separar las personas que son imprescindibles de aquellas que son importantes. Que aunque parezca lo mismo, no lo es. Aunque también, y más interesante, es separar todas ellas (que no es poco) de aquellas que tan sólo aparentar ser lo que no son. De esas que se visten de importantes, de necesarias, de imbéciles. De las que se las dan "de..." y no son nada. Y cuando tienen que atacarte lo hacen sin reparo alguno. Pero para ello confío que el tiempo, tarde o temprano, ponga a cada uno en el lugar que le corresponde.
Pues bien, por eso es importante realizar esta distinción y que sepas en qué cajón ubicar al ser humano en cuestión. Porque en función de la etiqueta que sabes que tiene y le marca, te esperas tal o cual acontecimiento.
Y uno comienza a aprender a crearse un escudo, lo que yo denomino una auténtica burbuja. Para que entendáis a qué me quiero referir acudiré a nuestra gran institución cultural. Según la Real Academia Española, en su acepción número dos sobre dicho término, burbuja, dice que es un habitáculo hermético y aislado del exterior. Exactamente a esto me estoy refiriendo. A una burbuja donde poder acudir, donde poder introducirte cuando suceda algo que te puede llegar a herir esa parte sensible que todos poseemos. Y esto sonará... ¿infantil, quizás? La verdad es que prefiero sonar de esa manera, que sentir dolor, sufrir e ir llorando por las esquinas dando pena. Porque para pena ya la dan esos pobres niños y niñas que se encuentran en algunas zonas de nuestro planeta muriéndose de hambre y de enfermedades que aquí curaríamos con una simple pastilla. ¡Eso sí que da pena! Pero aún así nadie parece hacer nada. Nadie mueve ni el meñique de su mano por ellos. No nos engañemos. Entonces, visto esto, ¿van a hacer los demás algo por ti cuando te vean en ese estado penoso y casi rozando el ridículo? Creo que no. Y si tienes la suerte de que sí, considérate afortunado, querido ser humano.
Así pues, es fantástico poder recurrir a tu bonita burbuja siempre que quieras y siempre que sepas controlarla. Aunque eso sí, como todo, necesita un pequeño mantenimiento. Claro. Porque como dejes de llevarlo a cabo y dejes a tu burbuja de la mano de Dios, va a llegar un momento, un preciso intante, en el que vas a comenzar a sentir dolor de nuevo. Entonces si ocurre eso es que algo no anda bien y debe haber una pequeña especie de filtración o algo por donde se nos está colando el susodicho. Pues coges, lo reparas y listo. A seguir adelante. Porque no debemos dejar que nada ni nadie nos hunda. Y esto sonará épico y tal, pero es que es así. Y si alguna vez te ocurre, tranquilo, que eso quiere decir que eres persona. Porque estar de bajón es humano, como creo recordar que decía una canción. Y es tan natural como el canto de los pájaros, como que llueve hacia abajo, como la vida misma.
Entonces, está bastante bien eso de la burbuja. Porque te ayuda a seguir viviendo tu vida tal y como llevas haciendo ya años y aislarte de aquello que te cause mal para ti.  Ojo, digo aislarte de aquello que te lastime. No digo que te conviertas en un humano autista.  Dios me libre. No promuevo el autismo. Promuevo que la gente deje de sufrir y que viva su vida feliz haciendo lo que le venga en gana sin ese agobiante  "qué dirán". ¡Pues que digan lo que quieran! Tú (si se me permite el uso del lenguaje de la calle) a tu rollo.  Y te sentirás mejor. Porque a pesar de todo es TU vida y la configuras como TÚ, y soló TÚ quieres. Creo que es bastante sencillo de entender ¿verdad? Si uno vive de una determinada manera y siguiendo un determinado estilo de vida, puede ser lo más discutible del mundo. Por supuesto. Pero bueno, para gustos ya están los colores. Entonces si vive así, déjalo en paz, que por algo será.

viernes, 18 de marzo de 2011

Blue Dreams.

Los sueños siempre tienen un color. Unas veces tienen uno y otras otro, como todo. Yo digo que azul. ¿Porqué? Porque depende del sueño, ese azul se torna de una tonalidad u de otra. Por ejemplo, si tenemos un bonito sueño, un sueño que cuando suena el despertador, es el aparato que más odias en ese instante, el azul será clarito, un luminoso azul celeste. En cambio, si tenemos un mal sueño, lo que se dice una auténtica pesadilla, de la que lo único que quieres hacer es correr, huir, escapar... ese azul se tornará oscuro, un azul marino fuerte.
Para mi, como he dicho, los sueños son
azules. Y para ti, ¿de qué color son?.

martes, 1 de marzo de 2011

Ella.

Y me sentía mal. Más que mal. Nada me salía a derechas y todo era un fracaso tras otro, derrota tras derrota. Uno ya se cansa de tanto perder siempre. También le gusta ganar de vez en cuando. Siempre unos con tanto y otros con tan poquito, tan poquito que es que ni lo suficiente, ni lo mínimo, para tirar adelante, para seguir con este continuo sin sentido. Y lo que necesitaba era algo, realmente la necesitaba a ella más que nunca. Se dice que no se sabe lo que se tiene hasta que no lo pierdes ¿verdad? Pues yo la perdí, hace mucho mucho…tanto que ni recuerdo cuándo fue la última vez que la vi, cuándo fue la última vez que estuve con ella a mi lado, sujetándola como si fuese lo último que quería perder en este mundo. El caso es que llevaba ya tiempo en busca de ella pero no daba, no la encontraba ni queriendo. Miré, busqué, rebusqué por todos los sitios, por todos los rincones de mi, pero nada. Finalmente, fui al último sitio que me quedaba por revisar, mi corazón. Cuando llegué había una nota allí de ella misma que decía: 
“Me voy de vacaciones por un tiempo, espero volver pronto.
Firmado: La Felicidad”.

lunes, 14 de febrero de 2011

Catorce de Febrero.

Enserio, días como estos yo personalmente los odio y rechazo un poco bastante. Días inventados de la nada para tan sólo promover el consumismo en una sociedad que es de eso, de consumistas y de materialistas. Hablo por supuesto en general, ya que siempre, como en todo en esta curiosa vida, hay excepciones. Pero es que qué pasa...¿qué no se le puede demostrar en los restantes 364 días de año (365 si es bisiesto) que quieres a esa persona? ¿Qué no puede haber otro día para hacerle un bonito regalo, o invitarla a cenar o llevarla al cine? Parece que si ese día no se le demuestra lo que la aprecias, si no le regalas nada, es que no la quieres. Qué pena. Y lo que no sabe la gente, o si lo sabe no quiere darse cuenta, es que a una persona hay que demostrarle que la quieres día a día, tratándola como a lo mejor que tienes, como ese gran tesoro que posees y debes conservar, pase lo que pase. Cualquier día es perfecto para hacerle un regalo, claro que sí. Cualquier día es bonito para llevarla al cine, a cenar, o a dar un tan simple pero bonito paseo por un parque junto a ella. Porque creo que ese chico o chica no puede tener mayor regalo que tener a esa otra persona a su lado, sinceramente.
Hoy, el famoso día que inventó el Corte Inglés, llega a vuestras vidas, dadle una calurosa bienvenida de mi parte, porque yo no se la daré.

viernes, 21 de enero de 2011

Injusto y sin sentido.

Caminamos en busca de algo sin saber el qué realmente. Aunque bueno, es importante saber que en ese camino en esa búsqueda incesante de eso a lo que algunos denominan felicidad, otros bienestar y otros simplemente no saben ni cómo llamarlo, no vayas solo. Porque hay personas que no son de estar solas, hay seres que no saben vivir en soledad. Y con esto quiero decir que sí, hay seres que si que saben (o es que ellos quieren) vivir así. ¿Curioso verdad? A veces que lo único que queremos es estar solos y vivir nuestra vida independientemente de los demás, a cual huraño en su cueva. Allá cada uno con su vida, ahí yo no me meto. No obstante, otros buscamos precisamente lo contrario. El ser humano qué curioso que es… A lo largo de ese camino vamos conociendo a personas, tan peculiares como las piedras, ni una igual, ni una idéntica, todas distintas y con algo nuevo que ofrecerte. Y en ocasiones esa persona te provoca en tu interior un algo especial que no sabemos cómo denominar. Y si estáis pensando en la palabra ‘amor’ no, no es amor precisamente. Ni siquiera ‘amistad’ en sentido estricto. Es un algo indescriptible. La cosa es que, sientes algo que no sabes definir. Al principio todo es genial, porque todo sigue a cual guión establecido. Pero nada, pasa un pequeño espacio de tiempo y como que parece que para esa persona ya ni existes ni nada. Y a pesar de intentar mandarle señales con bengalas diciéndole “Eh, eh ¡Qué estoy aquí! ¡Qué sigo aquí! No te olvides de mi, que yo no me olvido de ti…”, ni caso. Lo que se dice (y permitidme la palabra) ni puñetero caso.  
Pero claro, luego ves que hacia otras personas sí que mantienen esa “pequeña” relación que tú más quisieras la mitad de la mitad que esa. Te das cuenta que eres un Don Nadie. Un Don Nadie que continúa por ese camino a cual alma errante, pero sin contar con esa persona ya. Y te duele, ¡claro que te duele! Te duele porque te hubiera gustado que te acompañase, no todo el trayecto, tampoco pidamos peras al olmo, pero sí mucho más de lo que lo ha hecho. Porque pensabas que podrías llegar a ser…algo parecido a lo que es un amigo. Ojo, digo parecido. Algo parecido a lo que es dos personas normales que mantienen una relación más o menos llevadera y buena. Pero nada, ya la mínima relación (y si es que hay) que mantenga hacia ti es algo ya completamente artificial y lo más importante… ¡exclusivamente porque sale de ti! Tampoco te vayas a pensar que al menos sale de esa persona el iniciar algo similar a lo que se le denomina una “conversación”. De eso nada. Porque según el sistema lingüístico para que haya una conversación debe haber dos personas, llamadas emisor y receptor, y lo que queremos transmitir, un mensaje. Pues bien, la mayoría de las veces “no hay” ni mensaje. Lo entrecomillo porque es así. Se trata de un mensaje falto de contenido, con palabras vacías por dentro y sin nada que ofrecerte y mostrarte.
En fin, hay que asumirlo  queramos o no. Porque desgraciadamente y sin saber porqué, nos convertimos en la miserable sombra de lo que fuimos y por culpa de eso verdaderamente se pasa mal. Lo mismo esas personas están ahora mismo…no sé que estarán haciendo, pero sea lo que sea, seguro que no estás tú en su mente precisamente, pero ni ahora ni a lo largo (de nuevo permitidme la palabra) del todo el puñetero día. Ni una miserable milésima de segundo de las veinticuatro horas que tiene el día. Y lo sé, porque lo sé. Eso me llena de una profunda tristeza. Porque yo al menos mientras escribo esto pienso en esas personas. Esto es fruto de ellas, precisamente. ¿Qué paradoja, cierto? La vida en sí mismo es una auténtica paradoja. Pues eso. Y así un día y otro día… Siento cada vez más que mi papel aquí es meramente formalista y presencial, y nada más. Ya uno no disfruta como antes, porque no. Sinceramente, no sé qué hago aquí. No sé qué hago aquí en este mundo tan verdaderamente injusto y sin sentido. Hasta que el vaso acabe por colmar. Y ya entonces a ver qué pasará con el agua que se derrame…ya lo veremos.

domingo, 16 de enero de 2011

Por el interés te quiero Andrés.

Según la Real Academia Española, amigo es que tiene amistad. Y continúa, como tratamiento afectuoso, aunque no haya verdadera amistad. Y define amistad como afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato.
Usamos el término amigo muy a la ligera. Demasiado diría yo. Creemos que una persona por el mero hecho de ser buena gente, o al menos aparentarlo, podemos considerarlo ‘amigo’. Pienso que no. Debemos conocer mucho más a la persona en profundidad y tratar con ella para llegar a tales conclusiones. No entiendo a la gente que denomina amigo a una persona que apenas conoce de dos días, sinceramente. Aunque claro, esa apreciación que hace la RAE sobre como tratamiento afectuoso, aunque no haya verdadera amistad, creo que me lo deja un poco más claro. Se trata de una formalidad más bien. Pero creo que así lo único que se consigue es desvirtuar el uso y la palabra de ‘amigo’ que es más que eso. Un amigo se es porque se hace, no porque se nazca siéndolo ni mucho menos. Un amigo es aquel que está siempre ahí para ti…y no sólo en las buenas sino que también en las no tan buenas. Un amigo se hace día a día demostrando ciertas cosas. Es como un cultivo, que el agricultor debe cuidar y darle el tiempo y la dedicación necesaria. Y todo ello se consigue por la constancia en ello, básicamente. Un amigo es aquel que llega cuando todos se van. Es el único capaz de hacer que rías hasta en los peores momentos de tu vida. Es la persona con la que más seguro te puedes encontrar pase lo que pase, y la que sabes que siempre tendrás ahí. En fin, y así podría estar infinidad de líneas más diciendo lo que es o al menos debe ser, un verdadero amigo.
Sin embargo Internet cambia este significado en muchos casos y lo asocia con relación basada en el interés que no existiría si una de las partes no tiene algo que aportar a la otra. Curiosa definición de la amistad. Las redes sociales se hacen eco de esto. ¿De veras podemos pensar que alguien conoce a las más de ciento de personas, que puedes tener agregadas como ‘amigos y amigas’ en tus perfiles sociales? Conocerás verdaderamente a los justos y ya está, mucho es. Estas redes también consiguen que se desvirtúe la palabra ‘amigo’.
Aún así, apuesto a que seguirá la mayoría de la gente denominando amigo a aquello que no lo es ni por asomo pero bueno, sólo conseguiremos desvirtuar el significado de esta palabra que es algo más que todo eso a lo que nos referimos. Y es una pena porque hay un grupo de personas que realmente sí creen en los valores de la amistad y en la admiración y el respeto a la gente que al final son utilizados para fines propios aprovechándose de su ingenuidad, que acaban siendo asquerosas sanguijuelas con el lema por bandera de Por el interés te quiero Andrés. Es una verdadera pena. Porque a fin de cuentas amigos, lo que se dice amigos, los contamos con los dedos de una sola mano, y aún así, nos sobran dedos…