lunes, 30 de septiembre de 2013

No hay ninguna persona en el mundo que haya sido hecha para manejar cada golpe que recibe. No estamos hechos de esa manera. De hecho, estamos hechos para enfadarnos, llorar, entristecernos, ser heridos, tropezar, caer... sentir. No estamos supuestos a ser capaces de manejar todo. No somos máquinas, para nuestra suerte o nuestra desgracia. Pero eso es lo que nos hace más fuertes al final, ¿no? Al aprender de las cosas que nos perjudican a la mayoría de nosotros.