De camino al viejo embarcadero de la playa contemplaba como el astro rey se escondía entre las nubes, haciendo desaparecer cualquier rastro de él. Es entonces cuando, aprovechando esa calma y con el natural hilo musical del oleaje de fondo, abría su cuaderno y comenzaba a reflejar en él lo que por su ajetreada mente fluía. Cada duda. Cada pensamiento. Cada palabra.