miércoles, 30 de enero de 2013

"Y es cuando te das cuenta, que todo el mundo se ha ido, que estás tú sólo y nadie más. Que aunque haya personas que siempre van a estar ahí, tarde o temprano se irán. Que nada es para siempre. Que todo es efímero. Es un sentimiento de vacío interior. Como si te desgarrase por dentro. Soledad. Sentir como, a pesar de estar en una habitación llena de gente, te sientes solo. Que por mucho que grites, nadie querrá podrá escucharte. No sabes lo que haces. No entiendes el sentido de nada. Y mucho menos ya quieres encontrárselo.  Nada tiene sentido. Ni el porqué las letras "d" y "k" de mi teclado las adorna una lágrima. No tienes ganas de nada. Sólo tienes ganas de no estar. De no ver. De no sentir. La ignorancia. Modo stand-by desde por la mañana hasta por la noche. Cuesta. Todo cuesta cada vez más. Mucho más que la vez anterior. Impotencia. Impotencia de no poder controlar las cosas. De no poder separar pensamientos. De no poder olvidar recuerdos. De no poder cambiar cosas. De no poder viajar al pasado. De no poder revivir momentos. De no poder parar el tiempo. No. No se puede. Y nunca se podrá. Acéptalo. Va siendo hora. Crece. Enfréntate a tu rival. No, no puedo. Él es fuerte. Muy fuerte. Más que yo. No soy nada. ¿Qué soy? Nada. ¿Qué hago bien? Nada. Qué, qué, qué... ¿Por qué? Me pregunto siempre. Porqué. Porqué soy así. Qué pesimista eres. Eh. Hay que ver. No, realista. Bah. Es igual..." el chico, rendido, quedó dormido sobre su pequeño cuaderno. Al inicio de aquella página podía leerse una pequeña frase que, aunque se encontraba levemente humedecida, decía:
Porque a veces te sientes igual aunque pase el tiempo...

sábado, 26 de enero de 2013

Perdona, siento traerte esos malos recuerdos.
No te preocupes. Ya me he acostumbrado a que ella no esté aquí conmigo. Es como cuando cambiaron de la peseta al euro, o cuando de repente en el colegio nos dijeron que hay que llevar uniforme. Al principio te parece todo raro, pero con el tiempo te acabas haciendo la idea de que todo cambia. El paso del tiempo... es realmente escalofriante. Pero para bien o para mal, borra por igual tanto las alegrías como las penas.