(Si no has leído el capítulo 3, pincha aquí.)
Nada más se supo de aquel chico. Unos dicen que
volvió a equivocarse, que volvió a caer en un camino lleno de oscuridad y
tinieblas y fue su más terrible sentencia. Otros dicen lo contrario. Que
triunfó. Que en aquel camino que, a priori, se mostraba todo un reto y de todo
menos fácil, acabó siendo de los mejores caminos que pudo escoger.
Digamos que fue la mejor elección que pudo hacer
en su vida. Y a pesar de aquella apariencia de difícil, fue el que más
felicidad le acabó reportando.
—No todo lo fácil tiene porqué ser bueno, ni
todo lo difícil malo. Aprende a escoger bien. —se podía leer en una
pequeña nota arrugada, arrojada en el suelo, al principio de todos aquellos
caminos infinitos.