domingo, 21 de abril de 2013

Desahogo con-sentido (IX)


Una idea se me ha venido a la cabeza: el poder de elección y decisión personal.
Nos encontramos en un contexto en el que este «poder» se nos encuentra continuamente controlado, ya sea por instancias superiores de organización social, ya sea por aquellos que directamente la integran. Unas veces por imposición y, otras, por simple miedo. Miedo al qué dirán.

Y he aquí donde el género humano, dotados de racionalidad a diferencia de los animales, debe marcar la diferencia y no actuar como si de un rebaño de ovejas nos tratásemos, todos caminando en una dirección que realmente no sabemos ni de qué se trata. Pero que nosotros defendemos sólo por la ciega adoración a la persona que dijo de caminar en esa dirección.
Yo pienso que el problema radica en la relajación que experimentamos. Relajamos el músculo del pensamiento. Nos relajamos, en el sentido de que nos convertimos en «perezosos» para elegir lo que queremos realmente, dejando a ese líder en ciega adoración que elija por nosotros. Cuando las elecciones en determinadas cosas, son tan personales como la propia persona sobre la que concierne.

Y quizás la verdadera cuestión que deberían de plantearse todos y cada uno de nosotros sea: ¿realmente vivimos la vida que queremos o dejamos que los demás vivan por nosotros?

No hay comentarios:

Publicar un comentario