viernes, 21 de marzo de 2014

Palabras de ida y vuelta.

Observo cómo la gente tiene trocitos de recuerdos en forma de fotos. Yo también tenía, hasta que se borraron (las tecnologías y los discos duros que los carga el diablo). De todas esas, las que más me dolieron perder fueron las de las personas que quiero y que algunas están y duele menos. Pero otras eran de aquellos que ya no están. Y duele más. Y claro, a veces tienes esa necesidad de ir a esos trocitos de recuerdos que te hacen feliz aunque sea por un momento. Aunque acompañen lágrimas. Pero fueron y siguen siendo momentos felices. 

Intento pensar que esos recuerdos siguen estando en mi cabeza y que no necesito fotos para recordarlos. Pero no. Sucede al igual que cuando repites mucho una palabra y ésta acaba perdiendo su sentido. Y te preguntas que qué estabas diciendo. Pues igual, pero con los recuerdos.
Quizás sea por eso que cuando alguien veo que tiene recuerdos de esa manera, comienzo a sentir una mezcla entre envidia y tristeza de que esa persona pueda y yo no que no es humano. 

Pero en fin, me consuelo pensando que una persona no muere verdaderamente mientras sea recordada. Y con ella permanecen los recuerdos.

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