lunes, 29 de septiembre de 2014

Cambio.

Cambios. Cambios. Cambios. Cómo una palabra, según en el campo en el que se emplee, tiene un significado u otro completamente diferente.

El cambio climático, el cambio o sustitución de un jugador de fútbol por otro durante un partido, el cambio que te devuelven cuando vas a comprar y entregas una cantidad superior de la que tienen que cobrarse, la letra de cambio u orden por escrito de una persona a otra para que pague una determinada cantidad de dinero en el futuro a un tercero, el cambio social que se produce en un país tras un cambio de gobierno, el cambio lingüístico que experimentan todas las lenguas por el paso del tiempo, el cambio de variables dentro de las matemáticas para resolver ciertas ecuaciones, la palanca de cambio gracias a la cual podemos ir más rápido o más despacio en un automóvil, el cambio de vía de los trenes sin la cual nunca podríamos llegar a nuestro destino, el cambio psicológico que experimentan las personas: un proceso de cambio continuo. 
Cambios que, aunque aparente ser pequeño, puede llegar a tener unos enormes efectos en la estructura básica de una persona.

Y es que no es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que responde mejor al cambio.
Charles Darwin.-

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