lunes, 12 de diciembre de 2011

Desahogo con-sentido (II).

El espíritu navideño. Eso que tanto se habla ahora por estas fechas pero que nadie ha visto desde hace tiempo. Espíritu navideño... ¿qué es eso? ¿Observar cómo tu ciudad se convierte en un salón de juegos recreativos? Porque yo comparo a las ciudades (la mayor parte) con eso, con un gran salón de juegos recreativos, de esos a los que los menores de dieciocho años no pueden entrar (o no deben, al menos). Pues esos, los mismos. En éstos, suele haber bastante iluminación, miles de lucecillas que parpadean sin parar hasta que acabas mareado de ellas; mucha pasta como diría cualquier ciudadano de a pie, mucha circulación de dinero contante y sonante, lo que viene a ser el consumismo en las ciudades, ese impulso constante de comprar, comprar y, oh sí, comprar. Que luego llega el día de navidad, el veinticinco (por si algún despistado no lo sabe, y si eres más de Papa Noel) o el seis de enero (si eres más de los Reyes Magos) y quieres tener más regalos que nadie, lo último de lo último, lo más de lo más, para luego poder ir allá donde vayas fardando de eso (hasta que se te caiga al suelo y se te acabe jodiendo rompiendo, a lo que rápidamente vas a hacerte con otro de esos). 
Que eso otra, ¿qué  es eso de "yo soy más de Papa Noel" o "yo soy más de los Reyes Magos"? Señoras y señores, la mentalidad del fútbol ha rebasado fronteras insospechables: de los creadores de "yo soy del Madrid/yo soy del Barça" llega a vuestras pantallas por estas fechas tan señaladas, "Papá, Mamá, yo soy de Papa Noel/yo soy de los Reyes Magos". Y luego estará el listo que pille cacho por los dos sitios, pero bueno, eso es ya otra movida. 

Bueno, conclusión, ¿qué es el espíritu navideño? ¿Qué fue de esas largas noches sin dormir esperando que llegase el día siguiente ansioso para salir al salón y contemplar cómo bajo vuestro árbol había al menos algún paquete para ti? Sinceramente, y salvando las distancias, pienso que, aunque aún quedan supervivientes por ahí que continúan con dicha especie en peligro de extinción dentro de sí, el espíritu navideño murió hace mucho tiempo catapultado por los enormes y pesados cimientos del consumismo navideño.

Fdo: El espíritu navideño.

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