sábado, 24 de diciembre de 2011

Ese pequeño gran laberinto.

La vida es como un laberinto. Mucha gente se pasa dando vueltas de arriba a abajo esperando una respuesta y luego terminan sólo chocando contra una pared.

Todos tenemos la misma salida, y nos preocupamos por eso, hay que ver eh... Cuando en realidad nos deberíamos de preocupar por los caminos que tomamos, los cuales todos son diferentes. Cada uno con sus pros y con sus contras, con sus cosas buenas y con sus cosas no tan buenas. Unos que parecen un camino de rosas pero que no nos fijamos en que esas rosas tienen espinas, y que quizás deberías haber cogido el otro aunque pareciese a simple vista un poco pedregoso.


Así es que deja de preocuparte por la salida, porque ya sabemos cual es. Lo diferente, lo especial, lo emocionante... son los caminos. Es perderte por ahí y ver que, al final, pase lo que pase, te acabarás encontrando. Porque, si somos realistas, a fin de cuentas e inevitablemente por el ciclo vital, todos dejaremos este mundo por la misma puerta...

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