jueves, 5 de enero de 2012

Un nuevo año plagado de cambios.

Comienza una nueva etapa, un nuevo año. Y ello conlleva aceptar determinados cambios en tu vida. No todos nosotros estamos preparados muchas veces a esos cambios; bien porque no nos gustan, bien porque pensamos que más que ganar, vamos a perder. Pero, queramos o no, hay veces que se nos vienen impuestos desde fuera y que sabes que vas a tener que acabar asumiéndolos. Así es que, qué mejor que ir acostumbrándote a ello para que ese maldito cambio no te ocasione más daño del deseado.
Pero, irremediablemente te paras a pensar algo así como "Joder, pero porqué. Porqué no podrán ser las cosas como uno quiere que sean." Que sí, que claro, que las cosas como uno quiere que sean, quizás me parezcan bien a mí pero no al resto. Y no, porque sino ya nos metemos en el círculo del egoísmo y eso, si bien a veces y según el contexto en el que estemos puede ser "bueno", en el de los cambios que afectan a más de dos personas no lo suele ser. Por mucho que nos cueste, tenemos que pensar un poquito más en los demás, y más cuando son personas que te quieren, que te aman, que están ahí para ti cuando lo necesitas... Aunque a veces nos ceguemos con tonterías y cosas que si las pensásemos en frío, no las habríamos hecho nunca quizás. No por ello me arrepiento de algo que haya podido hacer o dejado de hacer en el pasado. Que a lo hecho pecho, y que para todos los problemas hay una solución menos para la muerte (cosa que no descarto que acaben sacando...)

Como iba diciendo, los cambios, los malditos cambios que no nos gustan a veces tanto. Yo, en lo personal, soy una persona que le cuesta mucho asumir cambios. Digamos que si vengo acostumbrado a caminar por una línea, y me dicen de golpe y porrazo que debo cambiarme a otra, aunque esté al ladito, a apenas unos centímetros, me cuesta. Y quizás exagere, pero ya dicen que exagerando las cosas parece que uno se entera mejor. Y al igual que yo seguro que habrá más gente (sino, me preocuparía un poquito bastante). Creo que a veces actuamos de manera tan mecánica con las cosas que con nada que lleves haciéndolo así un determinado tiempo, a cual costumbre, cuando te comunican que tienes que dejar de hacer las cosas de la manera A para hacerlas de la manera B, se te cae el mundo encima. 

Así es que, si esos cambios queramos o no vamos a tener que acabar asumiéndolos, qué mejor que ir acostumbrándonos a ellos y que sea lo que [inserte aquí la divinidad que desee] quiera que sea.

2 comentarios:

  1. Yo pienso que los cambios siempre hay que tener cuidado con que sean para mejor y nunca para peor, sino no se avanza y caemos en los errores.
    Excelente reflexión, como vienes acostumbrando a escribir :)
    ¡Saludos!

    ResponderEliminar
  2. Exacto, estoy de acuerdo con tu opinión. Aunque a veces no sabemos si esos cambios, a priori, son para mejor o peor. Y por ello habrá ocasiones en las que tengamos que arriesgar un poco para ver y evaluar finalmente de qué manera nos ha incidido ese cambio en nosotros y nuestra vida en definitiva.
    Ay, ¡muchísimas gracias, saludos!

    ResponderEliminar