— ¿Y si mi problema tiene, como única solución, el olvido?
— Pues va a ser complicado solucionarlo, pero no imposible. Así que, comienza a olvidar poco a poco. Es como alguien que tiene que dejar el alcohol: no puede dejarlo de un día para otro de golpe porque recaería en seguida. Con el olvido opino que ocurre de forma parecida: no podemos dejar de olvidar de un día para otro de golpe, tenemos que ir olvidando poco a poco cada recuerdo sin hacernos mucho daño.
— Vale. Todo esto me pasa por hacerme ilusiones.
— Ya. Si las ilusiones... las ilusiones son las armas más peligrosas con las que podemos jugar.

De camino al viejo embarcadero de la playa contemplaba como el astro rey se escondía entre las nubes, haciendo desaparecer cualquier rastro de él. Es entonces cuando, aprovechando esa calma y con el natural hilo musical del oleaje de fondo, abría su cuaderno y comenzaba a reflejar en él lo que por su ajetreada mente fluía. Cada duda. Cada pensamiento. Cada palabra.
domingo, 13 de mayo de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario