jueves, 26 de mayo de 2011

Como a los tontos...

Me estoy dando cuenta que a veces lo mejor es dar la razón a la gente aunque no la tenga. Sí. Como se suele decir, dar la razón como a los tontos. Así ambas partes salimos ganando en todo esto: ellos quedan completamente satisfechos de lo que están diciendo, sin comerte tanto la oreja y pensando que son los mejores de este mundo y que tienen la razón en todo: Y nosotros, nos vamos de esa batalla de palabras que nos cansa la oreja, nos ataca a nuestra cabeza y no nos deja vivir como nosotros queremos, como nosotros estamos bien, felices y a gusto. Que pienso yo, que mientras vivas de una determinada manera en la que no hagas daño a nadie no es malo. Quizás, tu único error, sea preocuparte por los demás. Es probable a la par que inevitable.
Pero ya se dice...que se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para aprender a callar.  Aunque claro, se da la paradoja que cuanto más callamos más cosas tenemos que decir y más grande es el esfuerzo por callar. ¿Te imaginas un mundo en el que se pudiera hablar sin tapujo alguno de todos aquellos sentimientos de amor, de odio o de las dudas o protestas que nos surgieran? Qué a gusto nos quedaríamos ¿verdad? Pero que disgusto le daríamos a más de uno. O gusto, quién sabe.

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