domingo, 22 de mayo de 2011

Deshojando fantasías.

¡Qué extraño es esto del amor! Y ¿porqué? Ahora os lo diré.


El otro día pasé por el parque que hay cercano a mi casa. Observé como un grupo de niñas de apenas una docena de años recogían unas florecillas que nacían al pie del árbol. Eran margaritas. Ante mi natural curiosidad, me acerqué al lugar y me senté en un banco no muy lejos de ellas. Comenzaron a entonar al unísono y alternadamente unas palabras que decían: me quiere, no me quiere, me quiere, no me quiere, a la vez que separaban cuidadosamente cada ovalado y delgado pétalo de su botón central de oro. 
En ese momento me quedé pensando, que lo que no sabían esas inocentes pequeñas almas, es que no se trata de un me quiere, no me quiere, si no más bien de un me arriesgo, no me arriesgo. Aunque, seguramente, pasará una pequeña eternidad antes de que comprendan todo esto.

Como ya diría Alejandro Sanz, ¡Qué extraño es esto del amor! ¿Porqué preguntan a una flor?

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